
LA BOLA DE SAHM
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Por METIX Gestión de Riesgos
En octubre de 2022 un artículo de Bloomberg titulaba: “Los pronósticos de recesión en EE.UU. en un año, alcanzan el 100%”. Como señala The Economist esta semana: “A menudo ya es bastante difícil comprender lo que sucede en el presente, y mucho menos en el futuro”. A la vista está que el pronóstico resultó 100% fTodoido.
En búsqueda de una herramienta más fiable, es popular en estos tiempos referirse a la llamada regla de Sahm. Tiene su origen en un análisis empírico de Claudia Sahm, ex economista de la Reserva Federal y fue elaborada en 2019. Esta regla habría sido capaz de identificar todas las recesiones desde 1960 con la particularidad de identificarla en sus primeras etapas y sin falsos positivos. Una especie de bola de cristal. Tengamos en cuenta que el organismo que declara formalmente un periodo recesivo en EE.UU. precisa generalmente de un año completo de datos. Esta no.
Para explicarla de modo sencillo, bastaría que la tasa de desempleo aumentase medio punto desde su mínimo de los últimos 12 meses para anunciar la recesión. Para suavizar la serie estadística utiliza lo que actualmente hacemos con muchos otros indicadores en estos tiempos de entorno económico tan inusual, y es considerar una media móvil de tres meses. La regla se sitúa ahora en 0.33 de modo que bastaría que la actual tasa del 3.9% se fuese al 4% en noviembre y al 4.1% en diciembre para que se alcanzase el 0.50, y entonces la regla, confirmaría la recesión.
Lo cierto es que la tesis actualmente dominante es la de un “aterrizaje suave”. Se reforzó a finales de verano, donde una parte importante de la, recalcitrante durante meses, legión de recesionistas, se pasó al “aterrizaje suave”. Les avalan los datos: la inflación ha retornado a niveles tolerables (aunque superior al 2%) y el mercado laboral no ofrece todavía pautas de una dinámica realmente recesiva, y es que la economía norteamericana debería de estar creando empleo a razón de 125.000 mensuales en las condiciones actuales, y sin embargo la media es de 200.000 en los tres últimos meses.
Pero en el balance entre un potencial incremento de las tensiones inflacionistas por un lado y una inesperada recuperación de la actividad por el otro, gana claramente en probabilidad el primero frente al segundo, particularmente en Europa, lo que cuestiona las asunciones actuales del mercado sobre la cercanía de un recorte de tipos en la Eurozona, algo que dan prácticamente por hecho en el mes de junio como muy tarde, en clara confrontación con que desde su despacho en Frankfurt trata de desmentir la presidenta del BCE.
En el actual estado de cosas el sesgo más razonable de compartir es asumir que el ciclo de ajuste monetario está finalizado en esta fase y que afrontamos ahora un periodo de algunos meses en los que los mercados de bonos se alejen de la tensión reciente y eso es algo que en las condiciones actuales, es más negativo que positivo para el dólar. Abunda en igual sentido el diálogo entre EE.UU. y China. Es tentador quedarse anclado a este escenario, porque es más dulce, pero también lo hace más vulnerable a decepciones. La regla de Sahm todavía no anuncia la recesión, pero, por supuesto en Europa y también en EE.UU., poco hay que apunte a una recuperación próxima, de modo que, durante algún tiempo, el “aterrizaje suave” seguirá siendo la hipótesis principal, pero también la más favorable.